Esta pieza de cristal, junto con otra gemela que se ubicaba en el centro de la bóveda, fue descolgada en la década de los noventa para proceder a la restauración integral del templo, y desde entonces estuvieron almacenadas en unas dependencias municipales.
A mediados de 2011 se procedió al desalojo de las citadas instalaciones para su derribo, momento en el que se trasladaron de nuevo a la Iglesia, pero el deterioro que tenían era tan importante que hacía imposible devolverlas a su ubicación habitual sin plantearse una restauración en profundidad.
El citado grupo de feligreses se comprometió a su restauración, pudiendo conseguir completar una lámpara, aprovechando las piezas servibles de la que tenía mayor deterioro.
Se procedió a su desmontado y limpieza, pieza por pieza y a su posterior montaje, renovando todos los componentes eléctricos, engarces y cromados de la vidriería.
A mediados del mes de marzo, se instaló definitivamente en la cúpula y se reinaugurará de nuevo el próximo día 7 de abril, con su encendido en la Misa del Domingo de Resurrección.
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