Aún resuenan los ecos de los Vivas a la Virgen en la Iglesia de Ohanes cuando ya tenemos la mente puesta en la organización de los actos del mes de noviembre, la Octava de la Virgen.
Pero hemos de hacer un alto en el camino para echar la vista atrás y agradecer a todas esas personas, no pocas, que con su trabajo desinteresado han hecho posible que un año más, los actos de Alabanza a Nuestra Madre de Consolación hayan lucido con gran esplendor.
A todos ellos vaya nuestro más profundo agradecimiento.
Agradecemos también la presencia de los devotos que han querido acompañarla estos días, pero no queremos olvidar a todos aquellos que, por motivos de diversa índole no han podido venir y en especial a los enfermos.
Pedimos a la Virgen que extienda un manto protector sobre ellos.
También pedimos por los pastores eclesiales y en especial por nuestro nuevo Párroco, D. Jesús Martín, para que sepa guiar a sus feligreses por el camino de la hermandad y de la Fe Cristiana.
Y sobre todo, damos la gracias a Nuestra Madre, por sostenernos en los momentos en los que las fuerzas flaquean, por indicarnos el camino a seguir cuando nos encontramos perdidos y por darnos el aliento suficiente para seguir sirviéndola.
A Ella, a todos, gracias.
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